“No conociamos la cadena española RIU, para nosotros lo mas importante antes quemarca fue haber interactuado con su personal tanto en el restaurante, bar, lobby ETC, personas fantasticas como Fidelina, y Gaspar entre otros por ellos volvemos a esta cadena,excelente muy recomendado”
— Haller horta martinez
“Un chico que termina siendo un grandeToda una sorpresa agradable haber elegido este hotel para vacacionar. Implicaba una decisión importante, pues es un hotel fuera de la línea de playas.Como siempre trataremos de contar aspectos positivos y a mejorar, según nuestro punto de vista.El hotel se encuentra lindero al golf club, lo que enmarca un clima de tranquilidad muy saludable.La recepción es pequeña, nada que ver con la majestuosidad de la de los otros RIU de Playacar.Las habitaciones predominan en planta baja, muy importante para gente mayor.En nuestro caso era una habitación especial, impecable, por lo que mucho no puedo opinar de lo normal en este hotel.La limpieza de habitaciones está bien aunque no esmerada.Frigobar, dicen que lo recargan cada 48 hs. Pues no es así, solo lo recargaron dos veces en diez días y una de ellas a nuestro pedido. Tampoco tienen máquina de hielo.Algo muy importante y para destacar es el servicio de traslado al club de playa. Impecable, cada media hora un bus pasa por la parada en la recepción, el trayecto es de 15 minutos, y hace una pausa en la quinta avenida.Contrario a nuestros temores, el tener un club de playa nos resultó muy bueno y ordenado. Una vez pasado el desayuno uno va a la playa, dondeestá todo cerca, playa, reposeras, piscina, y restaurante. Uno camina poco y aprovecha el día a full. El ambiente es tranquilo.Luego regresa al hotel a cenar, o hace una pausa para caminar o ir de compras en la quinta avenida.El hotel tiene dos piscinas, una en un área de relax. Genial.Hay otro sector para dejar los niños que incluye una piscina pequeña.Restaurantes. Uno principal y dos temáticos, Méxicano e Italiano,sin necesidad de reserva previa. Cómodos. El menú normal, nada majestuoso y los postres pesimos, como nos ocurrió también en los otros RIU. Se ofrece una cena en el club de playa que no es recomendable. Ni la comida ni el servicio vale la pena.Wi-fi gratis en áreas comunes y playa con buena señal. Sólo dos conexiónes por habitación, así que si son tres pasajeros empiezan los problemas. No entiendo realmente si actualmente internet es un servicio escencial, por qué no dan una conexión por pasajero y en toda el área del hotel.Los espectáculos son buenos y variados. El servicio de animación deja que desear, especialmente el que está en el club de playa.Pedí acceso a una computadora para revisar un documento de trabajo y descubrí que no tienen para pasajeros ni una disponible, y eso que hay un cartel en recepción que indica un salón para internet.Las grandes fortalezas son el director Sergio, el capitán del restaurante William, la jefa de recepción Karen, el responsable del bar Rodolfo. Brillantes, lo mejor que hemos visto en nuestras visitas a varios RIU.El problema es que sus segundas líneas (subdirectores, subcapitán, empleados de comedor, bar y recepción) se ven con poca experiencia y deberán aprender mucho de tan buenos jefes.Tampoco hay información accesible de cómo comportarse antes un sismo o maremoto ni claros lugares seguros de encuentro. Peor aún al estar categorizado este hotel como un refugio ante una emergencia.Decididamente recomendamos este hotel y regresaríamos.Y el no estar en línea de playa está muy bien resuelto.Un último consejo, cuidado cuando caminen por la quinta avenida, hay vendedores callejeros que les dicen que son camareros del RIU Lupita, una mentira, miran la pulsera y así tratan de atraer clientes. No les presten atención directamente.Espero los del Lupita hagan los ajustes necesarios y sigan creciendo.”
— Marcelo Jaquenod